Descubriendo la selva amazónica en crucero

Catalogada como una de las nuevas 7 maravillas naturales del mundo, según la organización “New 7 Wonders”, esta región llena de una impresionante biodiversidad posee el 50%.

La selva amazónica es un fabuloso destino que no puede pasar por alto en su lista de lugares por conocer. Hermosos colores adornan las aves que habitan en la zona: loros, guacamayos, halcones y la impresionante águila arpía, por mencionar solo algunas de las especies que aquí encontramos.

Los grandes ríos que corren por esta región son hogar del caimán negro, el delfín rosado de río, el manatí, las pirañas y otros numerosos peces (alrededor de 63 especies) así como de reptiles y anfibios (180 especies aproximadamente).

Es común también encontrarnos con insectos de las más extrañas formas, mariposas de colores intensos y de tamaños inusuales, y por supuesto mamíferos como los monos aulladores, monos ardilla, entre otros.

La Amazonía también es el hogar de ancestrales culturas indígenas ricas en conocimientos sabios del bosque, quienes mantienen intactas sus tradiciones y estilos de vida llenos de misticismo.

El Gran Río Napo localizado al nororiente del Ecuador atraviesa la cuenca del Alto Amazonas, y en sus aguas navega el único crucero fluvial del país: el Manatee Amazon Explorer, construido en el año 2003, con una capacidad para 30 pasajeros.

Esta exclusiva embarcación brinda una forma única de experimentar la región de la amazonia ecuatoriana, permitiendo explorar y descubrir las diversas áreas en itinerarios de 4, 5 y 8 días.

El barco opera dentro de estrictas regulaciones nacionales e internacionales para garantizar una navegación segura y responsable, cualidades que le han permitido destacarse entre los mejores cruceros fluviales de la Amazonía según el estudio de CruiseReviews.

La selva amazónica es un destino que espera al viajero que quiere entrar en contacto directo con lo más puro que queda aún en nuestro planeta tan adornado por la modernidad, pero al mismo tiempo, que paga el desarrollo cuando no se hace un cuidado del ecosistema.

Todavía podemos disfrutarlo en sus partes más vírgenes y acercarnos a su estado más puro y hermoso aprovechando la seguridad de una viaje pensado y responsable.

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